10/02/2014 por Elisa Marvena
publicado en: InfoTalQual y Corriente Roja
El 8 de febrero, activistas
independientes, junto con diferentes asociaciones y organizaciones, sirias/os y
no sirias/os, nos unimos a la campaña internacional “Última llamada desde la
asediada Homs” en una emotiva concentración en la Plaça Catalunya, en la que se
repartieron caretas entre los asistentes con la bandera de Siria libre dibujada
y frases en contra del asedio y a favor de la revolución.
El evento tenía como objetivo dar
visibilidad a la tragedia humanitaria y política que golpea los barrios de Homs
opositores a Bashar al-Assad y denunciar el uso del acceso a alimentos, del
hambre como arma, táctica catalogada como crimen de guerra, que ya ha acabado
con la vida de 106 personas por malnutrición u otras complicaciones debidas al
asedio en las zonas sitiadas por el régimen sirio. Y el número crece cada día.
Mucho, aunque nunca es suficiente, se ha
hablado del asedio sobre Yarmouk, el campo de refugiados palestinos en Damasco,
en parte por la especial relevancia que este tiene al existir todavía quienes
separan la causa palestina de la siria, aludiendo a todo un entramado geo-estratégico
que acaba empañando la cruenta realidad y las reivindicaciones legítimas del
pueblo sirio: libertad y dignidad. Sin embargo, al igual que Yarmouk, muchos
barrios en Siria se encuentran bajo asedio. En total hay alrededor de 2
millones de personas sitiadas. Zonas como Darayya, conocida por sus protestas
pacíficas al inicio de la Revolución, donde al menos 200 personas fueron
ejecutadas en un solo día en agosto de 2012 en la llamada “masacre de Darayya”
y cuya población es hoy en día es una de las más afectadas por los constantes
bombardeos con barriles de explosivos; o Moadamiyya, barrio cuyos residentes
fueron víctimas del terrible y televisado ataque con armas químicas en agosto
de 2013 y desde el cual el superviviente, activista y bloguero Qusai Zakarya
mantuvo, a finales de este año, su huelga de hambre durante 33 días en protesta
contra el asedio, provocando una campaña internacional en solidaridad, y que
ahora se encuentra en manos del régimen intentando llegar a un acuerdo para la
ciudad.
Pero de todas estas zonas, el barrio de la Ciudad Antigua de Homs es el que lleva asediado por más tiempo: desde el 7 de junio de 2012. 1 año y medio y 3.000 habitantes sin acceso a comida, luz, medicamentos o asistencia sanitaria. En total, 9 personas han fallecido ya a causa del asedio, 4 de ellos bebés. De hecho, casi la mitad (47%) de la población sitiada en Homs son menores de 12 años. Por si el hambre y el aislamiento no fueran suficientes, la ciudad se encuentra bajo bombardeos diarios, con morteros, tanques o los aterradores barriles de explosivos, que ya han causado hasta 1.500 víctimas. Ni que decir tiene que los heridos, algunos de ellos con necesidad urgente de intervención quirúrgica, no cuentan más que con un hospital de campaña y 4 médicos sin material adecuado para atenderlos.
El día de la concentración en Barcelona
coincidió con un momento especialmente intenso en Homs. Justo el día anterior,
tras muchos amagos y anuncios frustrados,
el régimen finalmente abrió una tregua de 4 días, con un alto el fuego
hasta el atardecer y la posible evacuación de civiles y entrada de suministros
y personal médico. Durante el primer día, el viernes, 83 personas fueron
evacuadas desde la Ciudad Antigua de Homs hasta el barrio vecino de Al-Waer,
paradójicamente, también sitiado y bajo bombardeos. Durante la concentración
nos mantuvimos en contacto, vía redes sociales, con agentes en la zona que
informaron de la situación de los camiones con suministros de la Media Luna
Roja siria, paralizados durante horas a la entrada de la zonas sitiadas y
atacados al mediodía por francotiradores, sin provocar víctimas mortales.
La tregua acaba de ser extendida por
otros 3 días, pero el alto el fuego se ha roto ya repetidas veces. El personal
de Naciones Unidas y de la Media Luna Roja ha experimentado de primera mano el
pánico que viven a diario los habitantes de Homs, siendo bombardeados en su
intento, finalmente exitoso, de entrar varias decenas de paquetes de alimentos
y otros suministros básicos dentro de las zonas asediadas. Además, el domingo
fueron evacuadas, es decir, sacadas del cerco, 611 personas, todas interrogadas
intensivamente y de las cuales 130, aquellos varones menores de 54 años han
sido arrestados y acusados de pertenencia a grupos armados.
Queda claro pues que, si bien muchas y
muchos en Homs han visto el cielo este fin de semana en forma de un trozo de
pan, una manta o la mano de un médico, quizás salvando sus vidas, la tregua
responde sobretodo a una retorcida estrategia del régimen para lavar su imagen,
a la vez vaciando el barrio opositor y debilitándolo, quién sabe si en aras de
un cruento ataque final. Sólo durante la tregua ya han sido reportadas 5
muertes por bombardeos.
Desde Barcelona y el resto del mundo, es
importante que continuemos mostrando nuestra más calurosa solidaridad con el
pueblo sirio y su Revolución, que continúa viva frente a toda adversidad,
contra todo pronóstico. Las organizaciones y activistas de izquierda deben
mostrar su compromiso más allá de teorías y conveniencias geopolíticas.
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